29.10.08

lecturas del otoño


EL VUELO DEL LECTOR



Quizá pienses que ya deberíamos estar cansados
el uno del otro
después de que haya corrido tanta lluvia por estas ventanas,
y de salir al jardín cuando despejaba,
y de las mismas flores amarillas y blancas,
y de tantas noches sin dormir
- y del coche de juguete dando vueltas en la mesilla de noche.

Sin embargo, sigues en mi hombro,
grillo o pájaro azul
o loro silvestre que clava las garras en la camisa chillona.

¿Es porque no te fastidio
con los invisibles mosquitos del significado,
si saco a los lebreles de la ansiedad de sus jaulas,
ni sostengo mi monstruoso espejo,
una cosa del tamaño de un campo de fútbol?

Sea lo que sea lo que te incite a quedarte,
me horroriza pensar en la mañana
en que me despierte y compruebe que te has ido,
que vuelas hacia mar abierto,
arrastrando los cables que nos unían
y dejándome sin nada que decir.

Pero no me malinterpretes.
No es que no pueda vivir sin ti,
o que no pueda sentarme debajo de un árbol cualquiera
sin sentir el deseo de sacar el bolígrafo del bolsillo,
o pasar un día agradable, tumbado en el sofá,
tapándome la boca con la mano.

No es que esté loco por ti
y que, en lugar de escribir una redacción de cinco párrafos,
te tire aviones de papel al otro extremo de la habitación,
o que no pueda esperar hasta la hora del patio
para volver a verte.

No es eso. No exactamente.




Billy Collins, Navegando a solas por la habitación



La Mujer leyendo es de Monet

y el Pequeño Vals es de Marlango:


23.10.08

a noite das cidades


TENTACIÓN




La noche incandescente y turbia
de luces de neón, de puertas que se abren
y penetran lo oscuro de una noche
que juzga estar subiendo escaleras,
se me figura oculta
como otras tantas cosas infinitas
- voces venidas de los pasillos de la infancia.



Ruy Cinati, Tempo da cidade (Traducción de Viernes)

Imagen de Michael Gutteridge "Exchange square at night"

y acompaña Cristina Branco poniendo voz a las palabras de Zeca Alfonso:


16.10.08

pongamos que hablo de...


TAMBIÉN ESTO




También esto es Madrid, este lugar mugriento

en el que casi todo está prohibido.

La luz y las basuras

y todo lo bendito y lo inservible.

La sumisión y la anarquía,

la multiplicación de las preguntas,

la fiebre, la oración,

el echarnos de menos. El perdernos

de vuelta a casa. Y no encontrar la llave

porque nunca hubo llave.

Esto también es Madrid. O simplemente

estaba hablando de mi alma.



Amalia Bautista, Roto Madrid

Imagen: Madrid, de Antonio López

y os dejo, mejor, con la versión de Los Porretas, que la semana es feliz y Alegre, y así nos alejamos de melancolías sabinianas que enfaticen este post:

11.10.08

viendo llover


En medio de la plaza y sobre tosca piedra,
el agua brota y brota. En el cercano huerto
eleva, tras el muro ceñido por la hiedra,
alto ciprés, la mancha de su ramaje yerto.
La tarde está cayendo frente a los caserones
de la ancha plaza en sueños. Relucen las vidrieras
con ecos mortecinos de sol. En los balcones
hay formas que parecen confusas calaveras.
La calma es infinita en la desierta plaza,
donde pasea el alma su traza de alma en pena.
El agua brota y brota en la marmórea taza.
En todo el aire en sombra no más que el agua suena.



Antonio Machado,

la imagen es de Praga, de agosto de 2007

y dejo esta bella canción de Tom Waits:


6.10.08

CHRYSOPEIA


Del ocre de la tierra puede hacerse un color para la humildad de nuestros ojos.
Crecimos bajo un horizonte de hierro y de lentejas, cada invierno
nos abrigábamos en la lana sucia de las creencias
de nuestras madres. Hemos sido tan pobres
como la hucha de barro de nuestra ingratitud.
Pero también nosotros podemos transformarnos
en los crisoles de la primavera. Encontrar hierbas
que destilen un verde más brillante
que la locura. Púrpuras
en la oscura babosa,
y una mezcla de azufre con mercurio
más roja que la sangre. Somos hijos
también de nuestros sueños,
más allá del grasiento vapor de la cocina,
somos los inventores del azul ultramar,
y podemos pintarnos
cielos más altos que los de la noche,
cielos oscuros, infinitamente,
más azules,
cielos eternos
donde nos pertenezcan las estrellas.



Ana Isabel Conejo, Colores

y acompaña un campo de trigo del señor Van Gogh,

y esta canción desempolvada: